Los selfies han pasado a formar parte de nuestro día a día con una importancia que va más allá de un simple autorretrato. Es una forma de documentar experiencias, de diversión, de comunicación social, de narrativa personal, de identidad. Existen diversas motivaciones para hacerse uno, pero actualmente hay pocos selfies espontáneos: existen muchas reglas, consejos, tipos, retoques… todo un mundo de requisitos a tener en cuenta para conseguir un buen autorretrato.
Lo que comenzó en 1839 de la mano de Robert Cornelius (EE.UU.) como una novedad en la fotografía, actualmente se ha convertido en un modo de vida, una moda y una nueva forma de relacionarse con uno mismo y con los demás.
El selfie tiene un lado muy positivo si se le da un buen uso, pero puede ser realmente peligroso si se emplea como herramienta para buscar la aceptación social. All India Institute of Medical Sciences realizó una investigación en la que registraron 259 muertes en todo el mundo entre los años 2011 y 2017 a causa de los selfies, causados principalmente por ahogamiento, caídas o por algún medio de transporte. Según informan, el 72’5% de las víctimas fueron hombres, y el 27’5% fueron mujeres. En cuanto a la edad, alrededor de la mitad de los fallecidos tenían entre 20 y 29 años, y un 36% tenían entre 10 y 19 años.
En el fondo, el selfie no sólo busca la foto perfecta, sino que a través de ella la persona trata de sentirse vista, valorada, reconocida. Esta necesidad de reconocimiento intenta esconder las carencias y vacíos, los cuales son tan enormes en muchas ocasiones, que a la persona no le importa poner en riesgo su vida con tal de alcanzar esa aprobación, ya que eso siempre es mejor que nada.
Es importante ser conscientes de las consecuencias que acarrean este tipo de conductas, y recordar que necesitar la aprobación de los demás para poder sentirse satisfecho con uno mismo es peligroso y nos deja en una situación de enorme vulnerabilidad y riesgo. En el caso de ser así, lo primero es tomar consciencia y darnos cuenta de que se trata de un mecanismo compensatorio para cubrir nuestras carencias, carencias que se pueden trabajar y que te permitirán disfrutar de una vida más plena, de mayor satisfacción, más saludable y enriquecida. Formar parte de las redes sociales desde los perfiles virtuales tiene grandes beneficios, siempre que no se haga por los demás, sino por uno mismo. Esta es una idea fundamental a transmitir a los niños y adolescentes desde la educación en casa y en el centro para ayudarles a evitar las peores consecuencias de una moda que va englobada en una realidad mucho mayor (como ya lo hablamos en el post La tecnología y el cerebro) y que es potencialmente peligrosa en algunos aspectos si no se gestiona adecuadamente y a tiempo. De ahí que la importancia de iniciativas como Levanta la cabeza de Funsalud sean muy necesarias.
Marta Vicente Álvarez | Psicóloga especialista en psicoterapia con niños, adolescentes y adultos.
1 comentario