La vuelta de las vacaciones suele ser un momento de plantearse ponerse a dieta. Dentro de la mayoría de nosotros, nace una declaración de intenciones en la que nos proponemos bajar esos kilos de más con los que hemos vuelto de nuestro periodo vacacional y con los que nos hemos reincorporado a nuestro día a día.
Desde Levanta la Cabeza, y coincidiendo con la “vuelta al cole” de mayores y pequeños, queremos también poner el foco en el consumo de más que hemos hecho, y posiblemente seguimos haciendo, de nuestros dispositivos digitales. Ese atracón diario de contenidos y de información al que nos sometemos, horas y horas, del que a veces no somos conscientes y al cual no damos importancia.
Este consumo indiscriminado de mundo virtual es lo que se conoce como Obesidad Digital, término acuñado por Daniel Sieberg, Director de relaciones institucionales de Google, que pone de relieve esta nueva tendencia caracterizada por la compulsión de revisar y consultar constantemente las redes sociales, chats, mensajería instantánea o apps.
Estamos ante la era de la información por excelencia, en la que estamos más comunicados que nunca, pero la calidad de esa comunicación es también peor que nunca, siendo cada vez mayor el número de casos de aislamiento y problemas relacionales, sobre todo entre los más jóvenes. Estamos ante una situación de sobrepeso digital en el que corremos el riesgo de reventar, por lo que es un buen momento para revisar todo ese consumo de contenido vacío y poco enriquecedor y ponernos a dieta.
¿Cómo nos está afectando este sobrepeso digital?
Cada vez son más comunes las consecuencias a nivel psicofisiológico derivas del atracón tecnológico: problemas de insomnio, irritabilidad, síntomas ansioso-depresivos, sequedad de ojos, problemas cervicales, musculares y problemas auditivos como consecuencia del uso excesivo de auriculares, entre otros. Según las OMS, el 25% de las personas tienen trastornos de conducta relacionados con el uso de las nuevas tecnologías, datos que indican que, al igual que con la alimentación, debemos revisar nuestro consumo tecnológico para mantener una dieta equilibrada, que enriquezca pero sin caer en el exceso, la saturación y la aparición de problemas de salud física o mental. En relación a la infancia, en un post reciente ofrecíamos algunas pautas sobre cómo abordar la educación digital con nuestros hijos.
¿Soy un obeso digital?
Hablando de obesidad digital, aprovechamos también para incidir en el aumento preocupante de la obesidad infantil y que según distintos estudios está directamente relacionado con un uso abusivo de las nuevas tecnologías, junto con un estilo de vida sedentario y una alimentación inadecuada.
España es uno de los países que se encuentra a la cabeza de la obesidad infantil y donde los últimos datos reflejan una prevalencia de casi el 25 %, encontrándose un exceso de peso en más del 45% de los niños. Los niños obesos tienen muchas probabilidades de serlo en la edad adulta, además de tener mayor probabilidad de desarrollar enfermedades como la diabetes u otras de tipo cardiovascular. Por tanto, se torna fundamental revertir esta tendencia y para ello, uno de los objetivos es dejar de consumir excesivas dosis de tecnología, mejorar la alimentación y renunciar al sedentarismo. ¿Os animáis dejar el móvil y levantar la cabeza y el cuerpo? 😉
Aquí dejamos algunas preguntas que pueden ayudar a reflexionar sobre el nivel de consumo tecnológico.
¿Cuántas pantallas tengo en casa?
¿Cuántas redes sociales tengo? ¿Cuántas veces las reviso al día?
¿Qué hago cuando estoy esperando en algún sitio o mientras viajo en transporte público?
¿Consulto el móvil o veo la tele durante las comidas familiares?
¿Consulto el móvil cuando estoy en el parque con mis hijos o jugando en casa?
¿Apago el móvil o lo pongo en modo avión durante la noche?
¿Cuándo estoy con amigos reviso el móvil?
Desde LEVANTA LA CABEZA, animamos no sólo a revisar el tipo de dieta que hemos llevado durante nuestras vacaciones y el exceso de calorías que hemos consumido, sino también tomar conciencia de en qué momentos podemos igualmente hacer una higiene en nuestro consumo tecnológico respetando momentos y espacios para llenarlos de otro tipo de contactos más cálidos, cercanos y sin lugar a duda más enriquecedores.
Marta Vicente Álvarez | Psicóloga especialista en psicoterapia con niños, adolescentes y adultos.